Al atardecer nos encontrábamos en la amplia azotea de mi vieja torre. Esta antigua edificación estaba situada a lo largo de la costa de Calabria; Se yergue en uno de los puntos más solitarios al sur de Italia y no se ve una sola casa desde ella.
El resplandor del crepúsculo había enrojecido hasta desvanecerse una vez más en el firmamento, y el púrpura del anochecer tiñó una extensa cadena de montañas. Entonces, la luna se alzó de repente sobre la cima del cabo. Kouyou encendió un cigarrillo y se sentó a contemplar aquel espectáculo, en el borde de la torre.
- Es extraño –dijo tras un rato- ¿ves aquel pequeño montículo que está justo debajo, de este lado del peñasco?
- Si - respondí, adivinando lo que veía.
-Parece una sepultura- Observó.- Pero lo más extraño… es que veo el cadáver.
Guardo silencio un momento y yo seguí sin perder concentración en el lienzo que detallaba pasivamente, tras un momento afirmó…
-Si… definitivamente lo veo.
-Si… definitivamente, es el cadáver- comenté.
- ¿Qué los cadáveres no van dentro de la tumba?- Bromeo con seriedad.
-…
-Matsumoto, No pareces muy interesado. Un cadáver, hay un cadáver exhumado frente a nosotros -
-Te equivocas, es sólo que ya me he acostumbrado a verlo. Y si, realmente ese montículo es una tumba.
-Qué idioteces dices. Sólo falta que digas “Eso que ves, en realidad es un cadáver”
-No, no lo es… Sólo es un efecto de la luz. Lo extraño es que siempre que la luz de la luna brilla sobre la tumba, se puede ver el contorno de un cuerpo sobre ella.
Kouyou se levantó, encendió un nuevo cigarrillo y me dijo:
-Voy a bajar para darle mi visto bueno a eso.
Le observe hasta verlo salir de la torre. Le vi atravesando aquel claro y cuando estuvo delante de él se detuvo. Avanzó unos cuantos pasos hacia atrás, otros más hacia un costado y luego se paró nuevamente. Sabía lo que aquel “baile” significaba… había llegado al punto donde la figura deja de ser visible, donde la luz cambia.
Entonces se paró sobre el montículo. Yo aun veía el cadáver, aunque esté ya no estaba tendido… Si no de rodillas… extendiendo sus brazos y apresando por la cintura a Kouyou, buscando el rostro de su presa. Parecía intentar ponerse de pie, apoyándose de él, quien no se daba cuenta de lo que sucedía y miraba hacia la torre.
-¡¡SUBE!!- Le grité-
Quería alejarse, pero tenía cierta dificultad. Sus pies no podían abandonar la tumba y el cadáver se aferraba a su cintura. Kouyou trataba de avanzar dificultosamente. Observe vibrar su cuerpo, como quien siente el recorrer de un escalofrío. En ese instante se escuchó un gemido de dolor y la figura se tendió desvanecida a lo largo del montículo.
Un estremecimiento me heló la espalda y recordé la vez que yo, al igual que Kouyou, había ido a inspeccionar aquella visión. Consiguiendo una sensación de que algo estaba a mis espaldas y que si volteaba podría verlo, pero el miedo fue más fuerte y al sentirme preso, me agité para zafarme. Ahora sabía que “eso” había estado también a mí alrededor… y me estremecí aun más al recodar aquel gemido de dolor.
En menos de 1 minuto, Kouyou estaba a mi lado… pálido y agitado.
- De…deberías escribir un historia acerca de esto – masculló.
- Alguien mas ya lo hizo - Le respondí - ¿Quieres oírla?
CONTINUARÁ...
Hoy me recordé de una historia que leí hace ya un buen de años y... decidí sintetizarla en un fic xD
¬¬ no acabo los otros... pero como tengo pendientes xDDDDD
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