Ruki, al estar con Uruha en un parque, dentro del auto, le ruega, lloriquea y pide por lo que más quiera que se deje hacer el amor, pero Uruha no accede.
Finalmente Ruki le dice: “Anda Uruha! Sólo te voy a meter la mitad!”
Uruha por fin convencido acepta, diciéndole:
“Bueno, pero sólo la mitad… Promételo.”
Ruki acepta y se lanza sobre él desesperado e introduce todo lo
que tiene.
Uruha, al sentir la embestida, goza tremendamente y le dice
a su pareja: “¡Métemela toda!”
Ruki, algo avergonzado, tratando de salvar su orgullo le dice:
“Ah No! Promesas son promesas.”
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